¿Alguna vez has sentido un escalofrío recorriéndote la piel al escuchar una canción o al ver una danza que te tocó el alma? ¿Te has emocionado hasta las lágrimas con esa escena de una película que, a pesar de haber visto mil veces, sigue resonando en lo más profundo de ti? ¿O tal vez te encontraste, sin previo aviso, reflejado en la mirada de un extraño en una fotografía urbana que apareció en tu feed de Instagram? Si estás aquí, leyendo estas palabras, estoy segura de que, de alguna manera, el arte puede ser uno de tus caminos para el autoconocimiento.
Moldear una obra de cerámica, escribir una obra de teatro de comedia, o el guion de una película de fantasia conlleva una serie de procesos, muchos de los cuales son introspectivos. El/la artista debe encontrar lo que quiere expresar y la forma de hacerlo. Es todo un viaje por las emociones, sentimientos, experiencias, recuerdos y conocimientos del artista como ser humano.
El arte cinematográfico, por ejemplo, se fundamenta en todo un proceso de autoconocimiento, desde la escritura de guion hasta la edición de la película, se toman un montón de decisiones creativas que revelan un poco del/la director/a, guionista o artista involucrado.
Ahora miremos desde el lado del/a espectador/a. El ejercicio de apreciar una obra, sea la que fuere, constituye también un viaje, ya que este proceso requiere atención, hacer espacio en la mente para analizar lo que estamos viendo o leyendo, y con esto, pueden aflorar emociones y sentimientos, podemos asociar dicha obra a recuerdos y/o experiencias nuestras. Todo esto ocurre en nuestro universo interior sin que seamos consciente de ello muchas veces.
La humanidad no inventó el arte por diversión y mera forma de comunicar ideas superficiales o indicaciones prácticas, sino que la necesidad de exteriorizar lo que sentimos y transmitirlo a los demás nos ha llevado a encontrar las más diversas maneras de manifestarlo.
Existen hoy tantas disciplinas artísticas (casi como personas en el mundo🤔) y cada quien se encuentra donde su alma resuena, y es maravilloso darse cuenta que eso puede ser una herramienta para transitar el autoconocimiento y la vez deleitarnos por hacer algo que nos gusta.
Te invito a pensar en tu forma artística favorita, aquella en la cual te sientas más a gusto, ya sea que algo que practiques o admires. Intenta analizar como ese arte puede inspirar aún más tu quehacer cotidiano para ayudarte a ser más creativa/o y si ya lo tienes incorporado, ¿hay alguna otra disciplina artística que te resulte lo suficientemente interesante como para indagar más al respecto? ¡Investiga y aprende, déjate inspirar!